12 de julio de 1930, el Presidente de la República Argentina era Don Hipólito Yrigoyen, y, el intendente del Partido de Avellaneda era Alberto Barceló.
12 de julio de 1930, 6 am, mañana fría y neblinoza, bien invernal. El tranvía Nº 75 de la línea 105, subía trabajosamente el puente, fallaron los frenos, y cayó a las negras y contaminadas aguas del Riachuelo. Murieron 54 de los 60 pasajeros, todos obreros y tomaban ese tranvía a ese horario porque les permitía "el boleto obrero" de tan sólo 5 centavos. El vehículo los llevaría al frigorífico La Negra, a tan sólo 400 metros del actual Puente Pueyrredón, en Avellaneda.
Josecito, era una muchachito de tan sólo catorce años, vivía con su abuela en una pieza en la zona de Barracas. Trabajaba de aprendiz en el frigorífico, los pocos centavos apenas le alcanzaban para pagar la pieza y comprar algo de comida.
12 de julio de 1930, Josecito tomó el tranvía como la hacía habitualmente, sentía mucho frío y tenía sueño, era muy conciente que su abuela dependía de lo que ese día llevara, para poder comer.
Tenía muchos sueños, ascender en el trabajo, poder estudiar, alquilar algo mejor. Todas sus ilusiones quedaron truncas cuando el tranvía cayó al agua.
Hubos empujones, muchos gritos, él pudo correr hasta la parte más alta, la que quedó fuera del agua, pero sentía mucho frío y hambre, estaba muy oscuro, de golpe se hizo un gran silencio, no entendía nada, lo que sí sabía que ese frío lo mataría.
Cuando sacaron al vehículo del agua, lo encontraron acurrucado en posición fetal. Josecito había muerto de frío. Vieron un gran bulto en uno de sus bolsillos, cuando lo sacaron, era un sandwich de milanesa que su abuela le había preparado con las sobras del día anterior, que lo guardaba para su almuerzo que nunca llegó.