domingo, 24 de agosto de 2008

Un paseo por el puerto de Olivos


Día domingo, 20º de temperatura, día espléndido a pleno sol.

Con un día así, ¿qué hacés?...Salís, no te vas a quedar en casa.

¿Adónde vamos?, podríamos ir a Costanera Sur, tomar sol, ver las reformas.

No, mejor el puerto de Olivos, es más cerca, y es medio tarde.

Llegamos 11,30hs, elegimos un sitio al lado del río. ¡Espectacular! Un lugar muy conocido en Olivos. Desde allí, veía el club naútico y todas las pequeñas embarcaciones esperando por sus dueños, un río marrón no muy limpio, un certamen de veleritos que parecían hacer cabriolas. Pajaritos, unos que pían, otros que cantan y algunos que te visitan a la mesa para que le des una miguita.

El sol cálido, realmente cálido, por ser invierno. Y, en la mesa, el clásico cafecito.

Todo te da placer, aire puro, sensación de libertad, gente linda, caminando en familia, haciendo deportes.

Los restaurants preparan sus mesas para los comensales del mediodía...

Observo que a una mesa vecina le traen un generoso plato de rabas fritas con gajos de limón, miro en la carta el valor de $37, una ensalda completa...$18, un chop y una coca cola...las bebidas no miré. Digo, a quién se le puede ocurrir acompañar rabas con coca?. Bueno, en gustos, no hay nada escrito.

Muchas familias llegan dispuestas a disfrutar del lugar, del día, se ubican y luego de mirar la carta, disimuladamente, se levantan y se van. ¿Caro?, si muy caro.

Otra cosa observé, vino una persona discapacitada y no le permitieron entrar porque era el horario de servir el almuerzo, cuando había muchas mesas vacías, y los presentes, no todos estaban almorzando.

Siempre me quedará la duda, si no la dejaron entrar por el pretexto del almuerzo o porque era discapacitada.

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